Despierto
con un fuerte dolor de cabeza, tomo una aspirina y bajo las escaleras, allí abajo
todo está oscuro, comienzo a tener un mal presentimiento ¿Qué estaría pasando?
Al llegar a la planta baja veo a mi compañero Roberto, él ha servido conmigo a
la señora Gramp por más de cinco años y en ese tiempo nos habíamos vuelto muy
unidos.
-Voy a
despertar a la señora Gramp, ya es hora de desayunar.
Camino hacia su habitación, segundos después
estoy de vuelta, con los ojos llorosos y un nudo en la garganta, lo que vi era horrible,
la señora Gramp yacía muerta en el suelo. Le aviso a Roberto, quien sin
pensarlo ni por un segundo llama a la policía, minutos después un auto policial
está en la puerta de la mansión. Un grupo de investigadores entran en la casa y
van directamente a la habitación de la señora Gramp, allí encuentran su cuerpo
sin vida, había sido acuchillada, lo saben por la forma de la herida que tiene
en la barriga, revisan la puerta que no había sido forzada, las ventanas
tampoco, al final los policías llegan a la conclusión de que el asesino había
estado en la casa toda la noche e inspeccionan mi habitación y la de Roberto.
Unos momentos después salen con un cuchillo envuelto en una toalla, el cuchillo
está lleno de sangre y yo estoy seguro de que es el arma homicida, no entiendo
lo que está sucediendo, y lo que oigo me sorprende, los policías dicen haber
encontrado el arma en mi habitación y me llevan a prisión.
Llego a ese
horrible lugar al que llaman prisión, allí hay un fuerte olor a podrido y
muchas personas con un semblante muy triste y agresivo, en pequeñas celdas con
unos barrotes de metal, “yo no merezco ir a una de esas jaulas” pienso “soy persona
noble, víctima de una trampa. Pero yo descubriré quien lo hizo y limpiare mi
nombre, nunca me rendiré”. Cuando termino de pasar por el largo pasillo, los
policías me meten a empujones en una celda, dentro hay un hombre que, para ser
franco me asusta mucho. El hombre se para, extiende su mano y dice: -Bienvenido
a prisión, mi nombre es Carlos.
-José-
respondo, con vos temblorosa- mucho gusto.
-¿Y por qué
estás aquí, José?- dice, sentándose en una silla
-Me acusaron
(acusan) de matar a mi jefa- y luego me apresuro a decir- pero yo no lo hice.
-Sí, claro.
Desde ese día Carlos y yo nos hicimos muy
amigos, lo hacíamos todo juntos, almorzábamos juntos, dormíamos juntos y trabajábamos
juntos Me siento muy frustrado, quiero salir de prisión, pero todavía me quedan
años y a Carlos solo meses, y él si había cometido un crimen verdadero.
Pasan tres
meses y la condena de Carlos se cumple, él se va y yo quedo solo nuevamente.
Unas semanas más tarde noto que me he descarrilado totalmente de mi objetivo:
Encontrar al verdadero asesino y limpiar mi nombre, así que decido contratar un
investigador privado, para que analice el caso, las pruebas y descubra al
verdadero asesino. El investigador se llama Michael y es una persona muy
reservada y seria, después de meses de investigación sin resultados Michael
viene un día a visitarme a prisión.
-Tengo una
buena noticia- dice, con voz fría.
-¿Cuál?-
respondo esperanzado, pensando“tal vez por fin ha encontrado al asesino”.
-Analizando
la información he descubierto que no habían suficientes pruebas para meterte a
prisión, haremos un juicio y hay gran porcentaje de posibilidades de que salgas
de una vez por todas.
No es la noticia que yo espero, pero de todas
formas es muy buena. Contratamos a un abogado llamado Pedro que según Michael
es el mejor. Nos reunimos con él y luego de un largo interrogatorio Pedro dice
que podrá sacarme de prisión.
El juicio está
a punto de iniciar, estoy hecho un manojo de nervios, pero Pedro está muy calmado
y eso logra tranquilizarme un poco.
-¡Orden!-
llama la voz de la jueza, todos hacen silencio y el juicio inicia- El acusado
al estrado.
Ese es mi
llamado, voy caminado muy lentamente hacia el estrado, hago el juramento y
luego me siento para responder las preguntas. Me hacen preguntas de toda clase,
a las cuales respondo con honestidad, Roberto viene a declarar, me emociono
mucho al verlo ya que había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que nos
vimos, también aparece el esposo de la señora Gramp, Patrick, ambos hablan en
mi defensa. Unas horas más tarde el juicio termina.
-El 14 de
Noviembre se dictará sentencia- dice la jueza- se levanta la sesión.
El tiempo se pasa muy lentamente, los
segundos se convierten en minutos, los minutos en horas y las horas en días,
hasta que por fin llega el día esperado, Michael, Pedro y yo vamos a la corte,
a recibir el veredicto. La jueza dice que yo soy libre y que las
investigaciones se iban a retomar. Estoy extasiado, lo primero que pienso es en
contarle la buena noticia a mi mejor amigo Roberto, entonces decido ir a
buscarlo.
Luego de una
hora de camino en un bus muy pequeño llego a una casa, la puerta es color rojo
chillón, las cortinas blancas con puntos negros y las paredes son azules,
definitivamente es la casa de Roberto. Toco el timbre y luego de esperar cinco
minutos la puerta se abre y Roberto sale, cuando me ve me abraza.
-¿Quieres
pasar?- me pregunta.
-Sí, claro-
respondo, emocionado de volver a verlo.
Conversamos
por horas, y luego de un largo rato pregunto: -¿Te gustaría ayudarme a
encontrar al asesino de la señora Gramp?
-¡Por
supuesto!- responde él, muy emocionado.
Así
decidimos iniciar la búsqueda, con la ayuda de Roberto, Michael y Pedro me
convenzo de que podríamos encontrar al asesino, después de todo, cuatro cabezas
son mejor que una.
Pasaron
meses y nada, ni una idea de quien había sido, entonces una mañana despierto y
de pronto me viene a la cabeza, Patrick, quien había llegado de viaje la noche
del asesinato y había dormido en casa, lo sabía porque lo había visto entrar a
la mansión, pero en la mañana él ya no estaba, entonces decido ir a su casa,
como los demás están dormidos decido no despertarlos, les dejo una nota,
diciéndoles mi paradero y que creía que el asesino era Patrick. Subo a un bus y
me voy a San Isidro, el distrito donde se encuentra la mansión, cuando
encuentro la casa toco el timbre. Me abre Patrick, él es rubio y de ojos
azules, fornido y apuesto. Se sorprende mucho al verme y me invita a pasar.
-Hace meses no
te veo- me dice- ¿Qué haces por aquí?
-Vine a
hacerte algunas preguntas- digo, con la voz más atemorizante que puedo- es
sobre el asesinato de la señora Gramp.
-Bueno- dice,
muy tenso.
Empiezo a
hacerle toda clase de preguntas, él las responde y yo apunto en un pequeño
cuaderno que siempre llevo a la mano. Después de media hora más o menos empiezo
a sentirme nervioso y grito:
-Se que tú
lo hiciste, Patrick, no intentes negarlo.
-No, yo no
fui- me dice casi llorando.
-Sí, tú
fuiste, confiesa- le digo, gritando- si no fuiste tú, entonces, ¿Quién fue?
-Roberto- me
responde, desesperado - yo había ido al baño cuando escuché pasos que se
acercaban, entonces apareció Roberto con un afilado cuchillo y atacó a Claudia,
yo salí a defenderla pero ya era muy tarde, Roberto le había clavado el
cuchillo en la barriga y ella se estaba desangrando.
-¿Por qué no
dijiste nada?- pregunto, sin creer que mi amigo Roberto sea el asesino.
-Me amenazó,
dijo que si hablaba me mataría– dice Patrick, con la voz cortada- además, me
sentía muy culpable.
-¿Por qué?-
pregunto.
-Pues,
cuando salí del baño Roberto se enfureció, había pensado que quien estaba en la
cama era yo, no Claudia, él quería matarme a mí.
-¿Por qué
querría matarte?- pregunto, cada vez me convence más su historia.
-Roberto era
amante de Claudia, yo me enteré mientras estaba de viaje estaba muy enojado e
iba a hablar con ella cuando volviera. Seguramente, Roberto me quería sacar de en
medio.
-¿Cómo te enteraste?-
pregunto.
- Una noche
muy tarde me llego un mensaje de un servidor anónimo, decía “si quieres saber quién
es tu esposa realmente mira las imágenes”, así lo hice y tú ya sabes lo que
descubrí.
Me doy
cuenta de que su historia tiene sentido y le pregunto: -¿Crees que podrías
venir a la comisaria conmigo?
-Bueno, si
no tengo otra opción lo haré.
Salimos de
la casa y afuera vemos algo escalofriante, Roberto está parado al otro lado de
la acera, apuntándonos con una pistola, le dispara a Patrick, quien muere
instantáneamente y luego a mí, la bala me cae en la barriga, siento como me
atraviesa, como voy perdiendo las fuerzas, hasta que finalmente, todo se pone
negro...